Fecha : Hace 1meses aprox.
Siempre he sido una enamorada empedernida del amor, una romántica que siempre romaniza todo lo que le pasa. Como si de cuento se tratase. Cuando vivo las cosas lo hago de manera fantástica, como si todo formará parte de una película y yo fuera la protagonista, así que, igual que vivo ese amor, vivo ese desamor.
Me he sentido muy querida, valorada, cuidada, he sentido que era la persona más importante en la en la vida de alguien; es cierto que esto último no me convencía porque quería que su prioridad fuera primero el mismo.
Puse mi vida en plural y ya no sólo trabajaba en mi.
No se porque me llegué a sentir tan querida en esa relación, tan valorada, incluso después de saber de su falta de lealtad. No sé cómo, a pesar de tener esas carencias, me sentía tan afortunada diariamente, me quedé con sus palabras en vez de con sus aciones.
Sentí que conocía a alguien más que nadie, y en cuanto se fue, no existía esa persona que creía conocer. Existió mientras lo nuestro duró; al final le hice un favor, porque imagino que fingir durante 4 años debe ser muy incómodo .
Viví en una nube dejándome llevar en volandas, siendo feliz con nuestra vida, dando lo mejor de mi, nunca mire a otro lado, siempre de frente a cada cosa que me preocupaba e intenté arreglarlo como equipo. No deje ninguna conversación para después y coincidíamos en todo (ahí debí empezar a extrañarme , ¿quien coincide en todo? Ni mi mejor amiga y yo).
Seguí romanizando mi vida como siempre había hecho, cuando me engañó también lo hice, lo vivi como si fuera una película donde él estropea todo y luego hace lo posible por arreglarlo.
El problema de ver tú vida como una película es que buscas el final que esperas en ella , y en mi caso era creer que todo era real, y que luego acabaríamos juntos, más fuertes y reforzados. Me dije eso una y mil veces , se lo conté a la gente que quiero , presumía de haberlo superado. Lección más que aprendida : en una relación solo hay una oportunidad de ser leal.
Algunas heridas son más profundas de lo que parecen , son heridas que nacen entre las mentiras que crecen.