viernes, 14 de octubre de 2016

Creí en el amor y me falló

Creí en el amor y me falló, no él, es cierto, pero al fin y al cabo no funcionó.
Ahora me encuentro bloqueada, estancada en los mismo pensamientos y no lo entiendo.

Yo la defensora de toda forma de amar, defensora de los cuentos de hadas y de los amores de película, he dejado de creer en ellos, yo que me burlaba de las corazas de la gente, yo que no las entendía ni respetaba, que las desconocía y no creía en ella; yo me veo aquí en medio de todo en lo que no creí y llamando hipócritas a los enamorados, no creyéndome nada de lo que veo ni sus historias de amor eterno.

Se como llegue a este punto porque seria de locos no reconocerlo, todo el que me conoce algo también lo sabe y muchos me entienden, seguramente también sabrán que todo lo que escribo es cierto, que yo creía en el amor, mucho más que casi en cualquier otra cosa y este blog que me ha acompañado desde mi adolescencia guardando sentimientos y secretos con cada post, ahora se ha visto afectado. Ya no escribo como antes, ya no sale nada, no tengo de que ni de quien escribir, podría contar mi día a día pero eso no es lo que yo hago, yo hablo de sentimientos, de amor y desamor, de mi felicidad o tristeza, momentos que me han marcado, podría escribirle a mi amiga Ana, a Paula, a a mi familia, pero a ellos no les necesito escribir, ellos son parte de mi vida y saben todo lo que tienen que saber.

Yo escribo sobre él, sobre quien hace que mi mundo se pare, sobre quien alguna vez fue especial, sobre lo que siento a su lado o lo que sentiré cuando se marche o cuando aparezca, escribo sobre amores a primera vista, sobre mis sentimientos y mi sufrimiento, escribo para desahogarme, para entenderme yo misma y saber que pasa por mi cabeza, escribo para aclararme, para dejar reflejado ese momento y no dejar que el tiempo lo arruine y llegarme a cuestionar que nunca sentí lo que pensé, escribo para recordarme que todas esas cosas pasaron y que el tiempo no cambie el recuerdo, que aunque a día de hoy o de ayer no piense igual, leerme y saber que lo sentí, recordar cuales eran mis sentimiento de ese preciso momento.

martes, 3 de mayo de 2016

Aprende a no entrar de donde no vas a poder salir.



    Ese miedo que aparece a veces, a tantas personas, ese miedo que existe cada vez que conoces a alguien nuevo y todo va tan bien que temes que no se vuelvan a ver, que desaparezca igual de rápido que llegó. El momento donde no sabes que esperar cuando estás esperando, las segundas citas que no sabes cuanto tiempo dejar de por medio, ese momento donde se conocen por segunda vez y ya se decide si se quiere seguir adelante o no es lo que esperabas. Miedo a no gustarle lo suficiente,  a que exista alguien que llegó primero (o después) y ya no seas prioridad, miedo a la falta de sinceridad,, a que te vuelvan a fallar,  a ver a la gente desaparecer solo porque si, si ninguna explicación ni motivo aparente, que en definitiva sea si te he visto no me acuerdo y si me acuerdo me olvido.  


jueves, 14 de enero de 2016

Se agarra a mi pecho y lo comprime, cada día que pasa más aprieta, más cuesta, permanece en mi mente, en cada brisa susurra un nombre, en cada nube gris se forma un rostro que me atrapa, invade mi cabeza mientras intento estudiar, se cuela en mis recuerdos y hace que me pierda viendo el atardecer entre las ventanas de la biblioteca. Dolor que está, que permanece pero que cada día más me acostumbro y así entra a formar parte de mi rutina hasta desaparecer.