jueves, 14 de enero de 2016

Se agarra a mi pecho y lo comprime, cada día que pasa más aprieta, más cuesta, permanece en mi mente, en cada brisa susurra un nombre, en cada nube gris se forma un rostro que me atrapa, invade mi cabeza mientras intento estudiar, se cuela en mis recuerdos y hace que me pierda viendo el atardecer entre las ventanas de la biblioteca. Dolor que está, que permanece pero que cada día más me acostumbro y así entra a formar parte de mi rutina hasta desaparecer.




2 comentarios:

  1. ¡Muy bueno! Me he sentido muy identificado. A veces el dolor se cristaliza en nuestro interior y pasa a formar parte de nosotros, en segundo plano, pero constante; como si fuera colesterol, no lo notas, pero está obstruyendo tus venas y cuando viene un latido un poco más fuerte, lo sientes.

    PD: no dejes que nada que no tienes afecte a lo que sí tienes, que son tus estudios. Que nada se interponga entre ellos y tú.

    De un Ingeniero Mecánico malagueño que ha caído en tu blog atrapado como una mosca.

    ResponderEliminar
  2. ¡Muy bueno! Me he sentido muy identificado. A veces el dolor se cristaliza en nuestro interior y pasa a formar parte de nosotros, en segundo plano, pero constante; como si fuera colesterol, no lo notas, pero está obstruyendo tus venas y cuando viene un latido un poco más fuerte, lo sientes.

    PD: no dejes que nada que no tienes afecte a lo que sí tienes, que son tus estudios. Que nada se interponga entre ellos y tú.

    De un Ingeniero Mecánico malagueño que ha caído en tu blog atrapado como una mosca.

    ResponderEliminar